lunes, 13 de julio de 2009

Martín Sabbatella: “Es necesario crear un gran blindaje social”

El referente de Nuevo Encuentro y electo diputado nacional analiza las razones de su buena elección y las perspectivas del progresismo en el distrito bonaerense.

Adquirió fama de buen administrador en Morón, donde completa su ciclo de una década como intendente. Desde allí, también, se convirtió en una figura en ascenso del espacio progresista. Ahora disfruta de la buena elección que su lista hizo el domingo 28, cuando medio millón de bonaerenses lo hicieron diputado, junto a la dirigente sindical de los estatales, Graciela Iturraspe. Crítico de la oposición y de la manera en que ejerce el poder el kirchnerismo, pretende que el espacio que integra junto con otros referentes de la centroizquierda de la provincia pueda proyectarse como una alternativa de poder en los próximos años.

¿Fue mejor elección de la esperada para Nuevo Encuentro?
Superó nuestras expectativas. Nuevo Encuentro es una fuerza que tiene dos meses de vida. Es cierto, hay una historia compartida entre los distintos sectores que conviven en él, pero como espacio común acaba de nacer. Así que, con dos meses de vida y con una situación de absoluta asimetría en términos de recursos, que hayamos enfrentado a aparatos gigantescos y candidatos de billeteras gordas con estos resultados, nos pone muy contentos.
Una lectura del resultado de las elecciones marca que se cristalizó en votos el sentimiento de rechazo al Gobierno que ya se percibía desde el último año. Otra, complementaria, que el país giró hacia la derecha. ¿Cuál es su lectura?
Me parece que hay varias explicaciones posibles. Que hay un nicho vacante a la derecha y una maratón política para ocuparlo, no caben dudas. Tanto Unión-PRO como el Acuerdo Cívico y Social son espacios conservadores que pretenden constituirse como alternativa por derecha y plantean recetas que ya fracasaron. Mauricio Macri, por ejemplo, quiere reprivatizar Aerolíneas y las jubilaciones; Alfonso Prat-Gay dice que hay que sacar las retenciones y endeudarnos de nuevo con el Fondo Monetario. Eso existe. Pero me parece que no se puede pensar que todo aquel que haya votado una propuesta de ese tipo lo hizo porque tiene una coincidencia ideológica con los personajes que enuncian esas cosas. No me parece.
¿Cómo interpretarlo, entonces?
Creo que fueron canales para expresar una voz crítica de descontento. Éste es un Gobierno que no se puede defender como un combo cerrado, ni se puede criticar de la misma forma. Hay que discernir y diferenciar. Lo que sí creo es que hubo una voz que marcó cosas que hay que cambiar. El Gobierno tiene estilos, formas y estructuras que están ancladas en una lógica que genera rechazos y críticas, y que le impiden hacerse fuerte en las cosas que hizo bien. Y la elección mostró eso. Ahora, hay que tener cuidado y ser conscientes de que esa derecha quiere utilizar esa voluntad y esas voces críticas para avanzar sobre lo bueno que hizo el Gobierno. La derecha critica a este Gobierno por distribuir la riqueza; nosotros, por distribuirla poco. Por eso, es importante el nacimiento de una fuerza política como la nuestra que se proponga defender las cosas que están bien y profundizar los cambios. Porque reconocer lo que está mal es en defensa de lo que se hizo bien.
El Gobierno quedó en una situación de debilidad bastante pronunciada y hay quienes aventuran problemas de gobernabilidad. ¿Lo ve así?
No me parece correcto dramatizar una elección de medio término. Sí me parece que el Gobierno tiene que ser capaz de escuchar esas voces, porque hay cuestiones que son impostergables. Hoy se debate, por ejemplo, qué hicieron los intendentes del conurbano; si jugaron a dos puntas o no, si cortaron boleta o no…
¿Y qué le parece?
Eso es una obviedad. Ya está lo suficientemente claro que esa estructura funciona así: se pone una camiseta y, luego, la cambia para defender otra, sin importar demasiado qué defiende. Es evidente que no se puede construir un proyecto estratégico a largo plazo sobre una estructura que se rige por la conveniencia, y cuya única ideología es el pragmatismo más vacío y el oportunismo. Es difícil imaginarse que Raúl Othacehé o Hugo Curto sean los tipos indicados para defender los avances en sentido popular que se pudieron haber dado en estos últimos años.
¿Cree que el Gobierno se circunscribirá aún más en el PJ o tendrá una política más abierta?
No lo sé. En principio, creo que Kirchner ha decidido construir en la lógica del PJ y eso generó consecuencias negativas. En ese sentido, me parece que hay una especie de cultura de la resignación que hace que la mayoría de los dirigentes busquen en esas estructuras el sustento de sus proyectos. Pero esto no pasa sólo en el kirchnerismo. Son muchos los que creen que no se puede hacer política si no es sobre la base de esas estructuras. Y nosotros creemos que es todo lo contrario: hay que construir desde otro lugar. No es un tema menor el modo en que se hacen las cosas, porque ese modo devalúa el contenido de lo bueno y retrasa su avance.
¿Qué espera de aquí en más del Gobierno?
Hay urgencias a las que se tiene que dar respuestas y que se deben discutir en el Parlamento. Es necesario crear un gran blindaje social, la universalidad de la asignación familiar por hijo, la extensión del seguro de desempleo, una reforma tributaria profunda, la soberanía sobre los recursos naturales. Además, hay que gravar la renta financiera y discutir la renta minera. Éstos son los verdaderos temas pendientes y queremos aportar en esa dirección.
¿Se dará en este contexto, con un gobierno herido en su poder simbólico y con un bloque de poder real que le va a marcar nuevos límites?
Creemos que sí y vamos a militar para que así sea. Este país necesita profundizar y ampliar día a día la democracia, mejorar la calidad de la política y llenarla de contenido social con políticas distributivas más profundas. Que va a haber confrontación de ideas, no tengo dudas; porque, insisto, hay una derecha que quiere aprovechar determinadas situaciones para imponer sus ideas y hacer retroceder las cosas más progresistas que se hicieron. Pero también es cierto que, algunas de las cosas que el Gobierno plantea, devalúan la palabra oficial y devalúan muchas de esas ideas positivas. Lo del Indec, el veto a la Ley de Protección de los Glaciares o el tren bala son cuestiones indefendibles.
Un proyecto como el que pretende modificar la Ley de Radiodifusión de la dictadura…
Estamos de acuerdo.
Más allá de que esté de acuerdo, ¿cree que será posible sancionarlo en los términos de la nueva composición del Congreso?
Hay que debatir para que se derogue y se sancione una nueva ley. Es una deuda con la democracia y hay que saldarla. Soy optimista.
Resulta inevitable pensar que su candidatura, por definición política y por afinidad ideológica, le restó los votos que el kirchnerismo hubiese necesitado para ganar. ¿Qué piensa?
El resultado del kirchnerismo es responsabilidad del kirchnerismo, como es responsable de todo lo bueno y todo lo malo que hizo durante estos años. Después, cada fuerza tiene derecho de proponer sus ideas y sus candidatos, y nosotros somos una fuerza autónoma e independiente.
¿Le generó sentimientos contradictorios, por esas cuestiones que usted respalda del Gobierno?
El triunfo de Francisco de Narváez en la provincia de Buenos Aires, obviamente, me parece negativo en términos políticos e ideológicos. Que triunfe De Narváez o que gane las elecciones una propuesta conservadora o de derecha, no puede alegrarme. Ahora, hay que pensar por qué sucedió esto y la respuesta le toca darla a los que han tenido mayores responsabilidades en estos años. No tiene que ver con nosotros.
¿Con quiénes trabajará en el Congreso? ¿Habrá interbloque con el Proyecto Sur de Pino, por ejemplo?
Nosotros creemos que hay que articular una fuerza progresista, popular, democrática con todos los sectores que componen ese universo. Dentro de ese esquema, las confluencias son posibles y necesarias.
Y con el gobierno nacional, ¿habrá una puerta abierta para trabajar en conjunto?
Somos una fuerza que, con autonomía e independencia, se mueve desde lo que cree. Entonces, todo lo que tenga que ver con mejorar la calidad de la democracia y profundizar las políticas distributivas, nos va a encontrar apoyándolo. Por el contrario, todo lo que lesione la calidad democrática o profundice la desigualdad nos va a encontrar enfrentándolo, lo proponga quien lo proponga. Lo que no hay es sorpresas con Nuevo Encuentro, porque se sabe lo que pensamos.



Para quedarse

¿Cómo sigue Nuevo Encuentro?
Con Nuevo Encuentro acaba de nacer una fuerza progresista, popular, con vocación de mayorías y de gobierno, que pretende romper la cultura testimonial del progresismo y que quiere colaborar en la reconstrucción de un espacio a nivel nacional. Pero, no nos consideramos autosuficientes. Somos muchas partes desperdigadas y tenemos que unirnos para construir ese todo del espacio progresista y popular en la Argentina. Y eso se hace siendo respetuosos de las diferencias, aprendiendo a convivir en la diversidad y a procesar en unidad las diferencias. Nuevo Encuentro intentará consolidar este proyecto, porque nace para quedarse, para anclar territorialmente y unir todas las experiencias políticas, sociales, comunitarias. Y, a su vez, colaborar con una articulación nacional.
¿Será candidato a gobernador en 2011?
No vivo la política en términos personales. Sí estamos trabajando para construir una fuerza política que tenga vocación de mayorías, que quiera gobernar la provincia y que pretenda articular en función de una propuesta nacional. Pero hoy no estamos discutiendo quién es el candidato o candidata necesario para eso. Por mi parte, voy a estar en el lugar que haga falta.
Algunos piensan que usted podría tener mayor proyección en la Ciudad de Buenos Aires que en la provincia. ¿Lo pensó?
¿Porque nací en Floresta? No, no está dentro de las posibilidades.

fuente: Revista Debate - 06/07/2009

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